LA HABANA, agosto 11.- El convaleciente líder cubano Fidel Castro cumplirá el lunes 81 años apartado del poder y supervisando el inicio de la "era post Castro" desde su habitación.
Un año después de enfermar y transferir el mando a su hermano Raúl, su regreso no tiene fecha y su futuro político continúa en suspenso.
Su influencia, sin embargo, sigue siendo enorme y, aunque no aparece en público desde hace más año, muchos en Cuba lo ven como un factor de estabilidad.
"A veces los extranjeros no comprenden la importancia del Comandante. Cuba es un campamento militar de 11 millones de habitantes y Fidel es el jefe," dijo en La Habana Rafael, un ingeniero de 35 años.
El guerrillero que derrocó en 1959 al dictador Fulgencio Batista y gobernó Cuba durante los siguientes 47 años desafiando a Estados Unidos, encontró un nuevo papel como editorialista de Granma, el periódico del gobernante Partido Comunista.
Desde allí reflexiona sobre los problemas de la humanidad y orienta el rumbo del país gobernado por Raúl.
"Me acosan con preguntas sobre el momento en que volveré a ocupar lo que algunos llaman el poder," escribió el 31 de julio, un año después de su último discurso.
"Raúl se ha encargado de responder que cada decisión importante a medida que me iba recuperando era consultada conmigo. ¿Qué haré? Luchar sin descanso como lo hice toda la vida," añadió.
La ausencia de Castro no derrumbó el sistema, como había anticipado su enemigo Estados Unidos.
Pero, algunos creen que el líder histórico pesa hoy menos en la ecuación del poder en Cuba.
"Cuando Fidel dice algo, todos miran a Raúl. El es quien tiene hoy la última palabra," dijo un diplomático extranjero.
Raúl, un hombre pragmático, elevó en julio las expectativas. Dijo que los salarios no alcanzan para vivir y que es necesario reactivar la agricultura. Su lista de asignaturas pendientes es larga e incluye aliviar pesadillas cotidianas como la falta de viviendas y transporte.
Habló, por ejemplo, de simplificar la "absurda" burocracia entre la vaca y el consumidor para estimular la producción de leche y ahorrarle al país millones de dólares en importaciones.
A comienzos de la década de 1980, su hermano lo intentó con una supervaca cruza de Holstein con cebú. Ubre Blanca, como fue bautizado el prototipo, entró en el Libro Guiness de los récords por producir 109 litros en un día, pero no pudo ser clonada y los vasos continuaron medio vacíO.
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